25 feb 2017








 Entrevista al Padre José Clemente
Nuevo Administrador Parroquial de el Santuario San José del Ávila


Desde los 12 años comenzó ese chispazo de ser sacerdote
En la Parroquia, San Benito donde se ubica el Santuario San José del Ávila, estrenando la oficina de la Administración Parroquial José Clemente se sienta en su cómoda silla dispuesto a contar su historia. “Nací en Caracas, crecí y me crie en las minas de Baruta, estudié en Colegio Lino Clemente en la Trinidad, de primero a cuarto grado y luego de quinto grado a quinto año en el colegio Agustín Codazzi de la Florida.”

Mi familia siempre tuvo cercanía a la iglesia
“Mis hermanos eran del coro parroquial y mi mamá de la Legión de María, entonces evidentemente hijo de gato, caza ratón. Desde los doce años, comenzó ya, digamos, ese primer chispazo para ser sacerdote, mediante un sueño que yo tuve en el que estaba celebrando misa, y desde allí estuvo dándole vueltas a mi cabeza. Posteriormente cuando hago el quinto año, paralelamente hice lo que llamamos el centro vocacional, que consiste en una serie de convivencias los fines de semana, para discernir la vacación; en donde los padres deciden si uno ingresa al seminario o no, a tal punto que yo me graduó de bachiller en julio del 97 y ya tres meses después, en octubre, estoy entrando al seminario”.
Comenzó sus estudios sacerdotales en el Seminario San José del Hatillo y allí realizó el propedéutico y los tres primeros años de filosofía para la formación sacerdotal. Los últimos cuatro años de estudio, los llevó a cabo en el anexo junto a la capilla del Seminario Santa Rosa de Lima, actualmente, La Universidad Católica Santa Rosa.

¿Cómo fue su experiencia en el Seminario Santa Rosa de Lima?
“En el seminario hay de todo, gente muy buena y gente que te hace preguntarte ¿qué hacen allí? Pero bueno, siempre el señor sabe orientar a las personas que están como desubicadas, esas casi nunca llegan al orden sacerdotal”.
“Yo salgo del seminario en julio del 2005, pero aun no fui ordenado, estuve un tiempo en la zona colonial de petare y previo al sacerdocio, estuve en lo que se llama el diaconado que es de seis meses a un año, entonces es cuando recibo el diaconado el 4 de marzo del 2006 y ya el orden sacerdotal, soy cura desde el 9 de diciembre del 2006”.

¿Será qué si voy a aguantar, será que si voy a llegar?
“Mis hermanos incluso me echaban broma, ellos han sido incondicionales conmigo, pero siempre tuvieron esa espinita clavada tu no vas a llegar y llegue. Cuando uno comienza un seminario y ve a los hermanos mayores que ya pasan varios años allí, con aquellos estatus y todo lo que tiene que pasar para lograr ese objetivo, pero uno se va dando cuenta de que el mismo tiempo y por supuesto Dios va haciendo su obra, vas pasando retos, vas pasando retos, y te das cuenta de que el tiempo ya paso y estas ya en las puertas de ordenación sacerdotal”.

Tuve compañeros a los que se les hizo cuesta arriba.
“Yo la tuve fácil porque mis padres siempre fueron cercanos a la iglesia, pero si tuve compañeros a los se les hizo cuesta arriba, incluso siendo de tendencia católica, muchos estaban en contra, tuve un compañero al que le dijeron: si te vas para el seminario te desheredo. Y él les dijo: bueno desherédame, pero yo me voy para el seminario. Lamentablemente no se ordenó, pero, si avanzó bastante en el seminario, aquel que no se ordena en el tiempo estipulado en el seminario nunca es perdido, porque te enseña una disciplina que te marca para el resto de tu vida”.

El comienzo de una nueva vida
“Estuve dos meses en petare siendo sacerdote, de allí paso a Nuestra Señora de la Encarnación ubicado en el Valle, allí estuve dos años y medio, luego estuve un año en el Carmen de Catia, en la Av. Sucre. En estas tres parroquias hice lo que llamamos vicario parroquial, es decir, ayudante del párroco. Ya como sacerdote principal en la parroquia Plan de Manzano de la carretera vieja de la Guaira en el año 2010, allí estuve cuatro años, luego pasé a Santo Domingo Sabio, en Coche, estuve allí dos años y medio. ahora fui nombrado párroco San Benito”.

¿Cómo fue la transición de ser párroco a administrador parroquial?
“No sé si dura sea la palabra más adecuada, pero generalmente los párrocos cuando somos nombrados para una parroquia la idea es que estemos seis años allí, yo apenas estuve dos años y medios en coche; y aun así, el lazo afectivo que tuve con la comunidad de ahí fue muy grande, tanto de mi hacia ellos como de ellos hacia mí, y que te llamen y te digan mira yo lamento interrumpir tu tiempo en coche pero te necesito en San Benito, sobre todo por la muerte de Luis Armando, pero sí, te confieso que me dolió un poco y le dolió mucho a la gente. Ya ésta es mi sexta parroquia, pero cada vez el traslado cuesta menos”. 

Uno se formó para esto, para estar donde uno hace falta en el momento que haga falta
“Mis expectativas son primero conocer a la comunidad, cada sector tiene una dinámica diferente, aunque sigamos a un solo Dios, aunque seamos miembros de una misma iglesia, el modo de cómo se llevan las cosas en la parroquia, como se administra, las cuestiones jurídicas, son completamente distintas. Es la primera vez que me toca dirigir un colegio parroquial, jamás había tenido experiencia de este tipo, y lo importante es yo amoldarme a ellos, no que ellos se amolden a mí, desarrollar para lo que fui llamado, para pastorear a un pueblo”.

¿Cuáles valores considera que deben ser primordiales dentro de la parroquia?
“Los valores que debe tener una parroquia son honestidad, responsabilidad y espiritualidad. La receptividad ha sido muy buena, tanto el día de la toma de posesión que fue apenas el domingo 29 de enero, la cantidad de gente que hubo fue impresionante, también las personas del colegio están muy abiertas a trabajar conmigo, por esa parte me siento contento y sé que se puede hacer un buen trabajo, así que podemos hacer bonitas cosas aquí. El consejo que siempre les doy a los jóvenes y a los niños es que amen a Dios, aléjense de los vicios, y estudien mucho.



-Esta entrevista fue realizada por los prestadores de Servicio Comunitario de la Universidad Católica Santa Rosa (UCSAR) en la Casa Parroquial de la Parroquia San Benito-

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